Hombres.
La vestimenta de los hombres era bastante simple. La prenda básica era la túnica: casi siempre sin magas y ceñida a la cintura, llegaba hasta las rodillas o la pantorrilla y se adornaba con una franja púrpura, llamada clavus, ancha para los senadores y más estrecha para los équites. La túnica se complementaba con la toga, un amplio manto de lana blanca que envolvía el cuerpo dejando libre el brazo derecho.Hasta los 16 años, los jóvenes llevaban la toga praetexta -caracterizada por una franja púrpura- y al llegar a la mayoría de edad se cambiaba por la toga virilis, de color blanco, que vestían por primera vez en la ceremonia especial en la que estaba presente toda la familia.
Mujeres.
Las mujeres, en cambio, sobre la túnica llevaban una stola, una prenda de mangas cortas, sujeta a la cintura por un cinturón y con sus pliegues cuidadosamente dispuestos para obtener un efecto elegante.Al salir de casa se ponían un manto llamado palla, con el que también podían cubrirse la cabeza.
En cuanto al calzado, era igual en ambos sexos, usaban los calcei, semejantes a los botines.
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